Científicos del Wellcome Trust Sanger Institute, una institución británica sin ánimo de lucro dedicada a la investigación genética, han secuenciado el genoma del cáncer más antiguo que sobrevive en nuestros días. La enfermedad provoca grotescos tumores genitales en perros de todo el planeta y, como ocurre con el del demonio de Tasmania, es transmisible de uno a otro individuo. Los investigadores han descubierto que este cáncer surgió por primera vez en un solo perro que vivió hace unos 11.000 años. Antes de su muerte, el animal transmitió las células enfermas a otros canes durante el apareamiento.
El genoma de este cáncer, secuenciado en un cocker spaniel americano de Brasil y en otra raza australiana, lleva cerca de dos millones de mutaciones, muchas más que las que se encuentran en la mayoría de los cánceres humanos (la mayoría tienen entre 1.000 y 5.000). El equipo utilizó un tipo de mutación, que se acumula constantemente con el tiempo como una especie de «reloj molecular», para estimar su increíble antigüedad.
«El genoma de este cáncer notablemente longevo ha demostrado que, dadas las condiciones adecuadas, los cánceres pueden continuar sobreviviendo por más de 10.000 años a pesar de la acumulación de millones de mutaciones», explica Elizabeth Murchison, principal autora del estudio, que aparece publicado en la revista Science.
El genoma de este cáncer canino todavía alberga las variantes genéticas del primer perro afectado. El análisis de estas variantes genéticas revelaron que el ejemplar puede parecerse un Malamute de Alaska o Husky. Probablemente tenía un pelaje corto de color gris, marrón o negro. La secuencia genética no pudo determinar su sexo, pero indicó que se trataba de un individuo fruto de la endogamia.
«No sabemos por qué este individuo en particular dio lugar a un cáncer transmisible», reconoce Murchison. «Pero es fascinante mirar hacia atrás en el tiempo y reconstruir la identidad de este antiguo perro cuyo genoma sigue vivo hoy en día en las células del cáncer que generó».
Dispersado por los marinos
Este cáncer transmisible es una enfermedad común que se encuentra en los perros de todo el mundo hoy en día. La secuencia del genoma ha ayudado a los científicos a entender mejor cómo se propagó la enfermedad. Al parecer, existió en una población aislada de perros durante la mayor parte de su historia y en los últimos 500 años se extendió por todo el mundo, posiblemente por perros queacompañaban a los marinos en sus exploraciones a lo largo y ancho del planeta.
Habitualmente, el cáncer se presenta cuando una sola célula en el cuerpo adquiere mutaciones que hacen que produzca más copias de sí mismo. Las células cancerosas a menudo se propagan a diferentes partes del cuerpo en un proceso conocido como metástasis. Sin embargo, es muy raro que dejen los cuerpos de sus anfitriones originales y se dispersen a otros individuos. En realidad, los cánceres transmisibles son extremadamente raros en la naturaleza. Aparte del del perro, el único conocido de origen natural es un agresivo cáncer facial transmisible en los demonios de Tasmania, que se contagia por el mordisco.
Los investigadores creen que es muy importante conocer cómo se producen y evolucionan este tipo de tumores, ya que, aunque sean muy raros, podrían surgir en otro animal o en lo seres humanos. Además, «su estudio nos puede ayudar a entender mejor el cáncer en general», asegura Mike Stratton, coautor del estudio y director del Instituto Sanger.
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