Si es difícil imaginar a un cerdo limpio, aún más difícil es imaginar un cerdo que cuide el medio ambiente. Sin embargo, publica El País de Madrid, una granja de cerdos en el estado de Morelos, México, ha logrado ambas cosas.
“Antes había muchas quejas de los vecinos por el olor y las moscas,” explica Angie Vega, supervisora de la granja, al diario madrileño. ¿Qué cambió? La granja instaló un biodigestor, una suerte de tanque donde almacenan excrementos de 17.000 animales.
El equipo logra evitar que unas 6 mil toneladas al año de metano que pueden llegar a desprender las heces de estos animales (el metano es un gas más contaminante que el CO2) vayan a parar a la atmósfera. Esto equivale a las emisiones anuales de 1.200 vehículos.
Lo bueno, cuentan los expertos al medio español, es que el metano también es combustible. Por lo tanto, el gas que produce el sistema puede utilizarse para generar electricidad, o simplemente quemar el gas para evitar que contamine.
Aunque la granja de Tlaquiltenango todavía no produce electricidad, sí ha logrado —además de reducir la emisión de gases de efecto invernadero— una mejoría notable en el ambiente para la comunidad y para sus trabajadores.
“Después de que se instaló el digestor, se hizo una junta del municipio para que la gente, tanto de la comunidad como los productores estuvieran enterados, y ha reducido totalmente la inconformidad de la gente. Ya no huele, ya no hay animales, moscas, rodeadores”, señala Vega a El País de Madrid.
El proyecto es financiado por el Banco Mundial; cuyos técnicos brindan apoyo técnico y financiero. También en el estado mexicano de Morelos, un invernadero de tomates y pepinos logró bajar sus gastos de electricidad y reducir sus emisiones gracias a paneles solares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario