Investigadores de las universidades de Brown y California llevaban décadas estudiando los movimientos de los animales, incluidos los saltos de las ranas, hasta que un día se toparon con una información que les hizo replantearse si sus mediciones con animales en el laboratorio eran correctas.
El libro de los récords Guinness contemplaba los más de 2,1 metros recorridos por una rana toro (Lithobates catesbeianus) –apodada «Rosie the Ribeter»– en un solo brinco en el concurso de saltos de rana del condado de Calaveras (California).
Los estudios científicos no habían reportado ningún salto de esta especie de más de 1,3 metros. Ante este hecho, y tras ver un documental sobre el evento, los investigadores decidieron desplazarse a dicho condado para comprobar la hazaña y registrar los saltos de estos anfibios en vídeo.
«De todos los registros que hicimos (3.124 saltos en total), solo una de las ranas llegó a la distancia de 2,2 metros; un buen número alcanzó más de 2 metros y muchas más la longitud de 1,8 metros”, explica David Orenstein, uno de los investigadores involucrados en el estudio, financiado por la Fundación Nacional para la Ciencia (EE.UU.) y la Universidad de Brown. El artículo se publica en el Journal of Experimental Biology.
En conjunto, el límite anterior de salto estimado para esta especie –de 1,3 metros– se superó en un 58% de las veces. «Este récord –añade Orenstein– demuestra que estos animales utilizan un mecanismo de catapulta, como el de un arco y una flecha, para saltar más lejos valiéndose de sus tendones elásticos».
Los científicos capturaron a las ranas en el medio silvestre y escogieron a la especie de rana toro (Lithobates catesbeianus) porque era la más grande de la zona, con los saltos más largos.
“Existen ranas más pequeñas que saltan mayores distancias relativas –por ejemplo, 30 veces su longitud–, pero las más grandes saltan mayores distancias absolutas, por eso ganan en el concursos de salto”, señala el experto.
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