Los 70.000 habitantes de la Línea de la Concepción viven encajonados entre Gibraltar y el polígono industrial más importante de Andalucía. Entre tubos de escape (unos 20.000 vehículos cruzan a diario la verja) y chimeneas. Con este entorno, un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado a esta localidad del Campo de Gibraltar como la que tiene la peor calidad del aire de las 46 ciudades españolas analizadas. El problema de la calidad del aire no es nuevo. El anterior alcalde del PP planteó en 2010 imponer una tasa ecológica de cinco euros a todos los coches que cruzaran la verja, una medida que no se llegó a aplicar.
Los vecinos y el Ayuntamiento reciben con escepticismo esta noticia. “Estando las industrias en otros municipios, ¿es la Línea la que posee mayor contaminación?”, pregunta el linense Iván García.
Tiene parte de razón. La Línea es la ciudad con más partículas en suspensión de las 46 ciudades españolas analizadas por la OMS partiendo de los datos recabados en 2011. Pero esto no quiere decir que sea el municipio más contaminado del país, simplemente, porque en el listado no están todas las poblaciones españolas. “Seguro que hay ciudades con peores condiciones, pero no publican sus datos”, reconoce María Neira, directora del departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS. Esta organización ha empleado los datos que los municipios difunden voluntariamente.
La Plataforma de Ciudadanos Rodeados por las Fábricas ha pedido que se haga un gran estudio epidemiológico y una moratoria para la instalación de nuevas industrias. En la plataforma también había al principio representantes de IU, PP, CC OO y UGT, indica Francisco Perea, uno de sus miembros. “Pero propusimos la moratoria y se fueron; ahora estamos los de siempre”, dice en referencia a los ecologistas.Lo cierto es que en La Línea —y en el 76% de las 46 ciudades del informe— se superan los niveles fijados por la OMS. Esta organización recomienda que en las partículas PM10 no se sobrepase una media anual de 20 microgramos por metro cúbico. En La Línea se registran 33, indica el informe. Similares resultados arrojan Málaga (32), Albacete (31) y Bilbao (31), apunta José María Mayoral, jefe de Epidemiología de Andalucía. Recuerda también que “la OMS fija como límite 20 microgramos, pero la normativa europea establece 40”.
Pero hay un enemigo al que se teme más que a la contaminación en este municipio gaditano: el paro. “Si no estuviese el polígono industrial y si no existiese Gibraltar, ¿dónde íbamos a trabajar?”, se pregunta Francisco Jesús Lozano, un empresario local.
“Los problemas no se solucionan si quitamos cuatro o cinco industrias que generan empleo en la zona”, sostiene Elena del Valle. Esta administrativa de La Línea lo tiene claro: “lo que de verdad preocupa aquí es el alto índice de paro”. En abril, este municipio tenía registrados más de 10.000 desempleados.
El problema de la contaminación se analiza desde hace tiempo en el Campo de Gibraltar para averiguar qué efectos puede provocar en la salud. Antonio Daponte, director del Observatorio de Salud y Medio Ambiente andaluz, ha sido el encargado de algunos de esos informes. Daponte señala que tras la contaminación en el Campo de Gibraltar está el tráfico de turismos y camiones. También hay estudios que apuntan “a los barcos en el Estrecho”, indica. A estas causas el investigador añade las industrias. Por último, hay factores naturales como las “intrusiones saharianas”.
Los estudios realizados hasta ahora se han centrado en los problemas que pueden desencadenar las emisiones industriales. El jefe del servicio de Epidemiología de Andalucía afirma que con “la información de la que se dispone no existe una evidencia de que haya un efecto en la salud”. “Ningún valor de los metales generados por la industria supera los límites”, añade Daponte.
Pero hay expertos que no lo tienen tan claro. Joan Benach, profesor de la Universidad Pompeu Fabra, sostiene que los informes de la Escuela Andaluza de Salud Pública “tienden a minimizar” el problema. Benach recuerda que el Campo de Gibraltar tiene una tasa de mortalidad superior a la media española. Aunque este matiza que “es muy difícil” achacarlo solo a la contaminación, ya que se trata de una mezcla de factores ambientales, económicos y laborales.
Mayoral apunta que la alta tasa de mortalidad no se circunscribe a esta comarca, sino que es un fenómeno histórico de todo el occidente andaluz. “Y la alta mortalidad en el Campo de Gibraltar comienza a disminuir precisamente con los nacidos en los sesenta, cuando se empezaron a instalar las industrias”, añade.
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