Detrás de ideas como Facebook o Twitter hubo alguien que sabía sobre informático y realizó esos programas en sus versiones más simples. Para tener esos conocimientos quizás tuvieron que ir a la Universidad o pasar horas aprendiendo por cuenta propi. Pero lo más probable es que esas personas no hayan aprendido los conceptos básicos de programación a los cinco años de edad.
Pues este es el reto de Vikas Gupta, que los niños en edad preescolar aprendan los conceptos básicos de programación. Su sistema es utilizar el juego y por esto ha invertido mucho tiempo en crear dos simpáticos robots, Bo y Yana, par que los niños empiecen a dar sus primeros pasos en códigos y quizás se conviertan en los Zuckerberg de los próximos años.
«En el siglo 21 nuestros niños deberían ser los creadores de tecnología y no solo consumidores. La programación les da el sentido de que el mundo es algo que pueden conquistar. Ellos pueden sentir que podrán solventar cualquier problema», ha dicho a VenturBeats Vikas Gupta, fundador y CEO de i-Play, el proyecto detrás de Bo y Yana.
Gupta no es un extraño en la industria. Fundó Jambool una empresa que fue comprada por Google por unos 70 millones de dólares.Dejó a los de Mountain View a finales del año pasado y se empeñó en trabajar en un proyecto que su propia hija pequeña pudiese disfrutar.
Bo es el robot más grande. Yana lo acompaña |
«La ciencia de la computación ha ido a peor en los últimos 20 años. Las investigaciones apuntan que los niños en edad preescolar pueden enfrentarse con la programación pero no existen productos que le ayuden aprender esto», ha dicho
Bo y Yana hacen que el aprendizaje de estas técnicas sea algo tangible para ellos. «Los niños son grandiosos con las secuencias. Desde que la programación se ha vuelto un concepto abstracto, tenemos que hacer tangible. Para los niños los robots lo hacen tangible», dijo Gupta a Readwrite.com
¿Cómo funcionan? El niño utiliza un programa muy visual en el iPad que le permite arrastrar una serie de componentes a un mapa que indica comandos como movimientos. Cuando el niño le dice a la aplicación que ha terminado, esta envía las instrucciones del niño a uno de los robots vía bluetooth. Y Bo o Yana lo ejecuta.
El niño simplemente cuenta una historia a través de esta interfaz táctil, por ejemplo, puede hacer que Bo toque algo de música o que el ojo de Yana se ilumine. «Queremos llevar la magia de la programación a través de la magia del juego y que los niños hagan algo que los adultos puedan envidiar. Si lo haces más divertido, los niños querrán aprender esto», ha dicho Gupta.
Aunque el proyecto ha logrado financiación, han iniciado una fase de crowdfounding, en la que los usuarios pueden ordenar uno de estos robots y ayudar con la fabricación de ellos. Bo, es el nombre corto para Robot, mientras que Yana es la contracción de «You are not alone» (Tu no estás solo, en inglés).
Gupta no pretende que los niños se conviertan en desarrolladores de software antes de acabar el preescolar, pero sí que los niños se interesen en ello. Los robots llegarán al mercado el año próximo.
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